Viendo un poco por Internet, se cree que el proceso del tatuaje era más elaborado antes que el presente, siendo un ritual como en Egipto. Este rito era más o menos exclusivo por las mujeres con un proceso doloroso, que la mayoría de las veces se usaba para demostrar fuerza y valentía o confirmar la madurez que se tenía, lo cual todavía se puede observar en algunas otras sesiones.
En realidad, un tatuaje es una herida punzante en las capas profundas de la piel, que se llena con tintas de varios colores. Se realiza al penetrar la piel con una aguja e inyectando tinta en la zona, creando generalmente un tipo de diseño.
La cultura moderna ve la realización de los tatuajes en diferentes perspectivas: Algunos piensan que con hacerte un tatuaje, podrías echar a perder tu cuerpo; en cambio otras personas prefieren colocarse uno o les encantaría probar la puesta de otro, por solo querer expresar un arte, sentimientos o diversión.
Pese a esto, mucha gente tiene un concepto erróneo acerca de las personas que se hacen tatuar alguna parte de su cuerpo, ya que solo piensan que lo conciben personas que no tienen principios o quienes de alguna forma son rebeldes.
Pensamientos como lo anterior son equivocados, porque unos cuantos que se hayan tatuado y actuado mal, no significa que las demás personas que lo aplican por X o Y razón tengan que entrar en ese concepto de rebeldía y desadaptación.
En el mundo actual, los tatuajes han sido tan comunes, que hasta programas de televisión como “Miami Ink” y “Ángeles Ink”, muestran y dan creatividad a esas formas de ver el arte, plasmados en los cuerpos de las personas interesadas, por motivo del significado que deseen expresar con el diseño que quieren.
Medios de comunicación y programas como los mencionados, cada semana muestran historias de la vida real, plasmadas en un tatuaje, donde los realizadores toman como base aquellas historias, para luego plasmarlas en una imagen, que será utilizada como símbolo o representación de cada experiencia vivida.
Por eso, los tatuajes son una forma de plasmar el arte, el cual siempre estará acompañándote para toda la vida en tu cuerpo, viéndolo desde un modo estético, decorándolo y dándole vida al mismo, debido a sus colores, imágenes e historia del por qué te lo haces o el placer que sientes de hacértelo
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